Creo que no hay -salvo contadas excepciones, por supuesto- vergas feas. Para un degustador de sexos masculinos esa calificación suele aparecer pocas veces. Pero si bien hay en el mundo todo tipo de pollas, también las hay sumamente raras, entendiendo por rareza todo lo que es poco frecuente o que se sale de lo regular. Y entonces aquello que nos llama la atención (desde el asombro hasta lo hilarante), tal vez adquiera rasgos de algo único. ¿O acaso nunca les pasó que al bajar algún calzoncillo exclamamos alguna vez y por alguna razón: "Oh, cariño, qué Rara Avis tienes ahí"?.
Tercera entrega en la Semana de la Verga: "Raras"
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Semana de la Verga (III)
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