Si después de los 40 te resulta difícil bajar todo aquello que se acumuló en tu panza, y desde tu más tierna adolescencia en vano luchaste (y fracasaste) para tener uno de esos lavaderos envidiables que ves en los gimnasios todo el tiempo, pues bien, no queda más que relajarse y disfrutar, después de todo, una pancita bien mantenida (y por supuesto: velludita), puede ser muy sexy, e incluso para muchos, un verdadero fetiche motivador de incontenibles deseos sexuales.Hoy presentamos: panzas sexys (y algunas no tanto). Enjoy.
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Pancitas
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