Como muchos ya saben, a través de todos estos años haciendo Vellohomo tuve la gran alegría y el privilegio de conocer en persona a muchos de los amigos del Café, particularmente -y curiosamente- los que viven en otras ciudades de la Argentina e incluso de Chile, México y España. Fueron encuentros (o reencuentros, como quiera interpretarse) que nunca olvidaré.
En el Café VH está siempre el querido círculo de amigos más próximo, los "contertulios" que comentan día a día sus gustos, sentires y fantasías más íntimas. Pero hay otros amigos, los que están siempre allí pero de manera silente. Son incontables. Los puedo sentir del otro lado a diario, detrás de la pantalla por la que acceden desde distintos puntos del planeta y a tan distintas horas del día y de la noche.
¿Cómo son ellos...?, siempre estoy imaginándolos..., y sí, sobre ellos me hago todas estas y más preguntas...
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¿Estarán desnudos mientras leen esto? |
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¿Acaso podrán resistirse a una auto caricia sobre el paquete con los post más calientes? |
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¿Mientras aquí nos abrigamos, en el hemisferio norte lucirán así al abrir VH? |
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¿Qué cosas los lleva a masturbarse? |
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¿Qué cosas los sorprende por primera vez? |
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¿Mirarán varios sitios a la vez? (insaciables...!) |
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¿Sin premeditarlo, se excitarán? |
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¿En vacaciones o cuando están de viaje siguen conectándose con VH? |
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¿Vellohomo será la pausa en el estudio? |
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¿Están solos o acompañados? |
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¿Vellohomo habrá sido una buena compañía en los días de cuarentena? |
¿Cuántos hombres maduros recorren sus páginas?
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¿Cuántos jovencitos lo hacen a escondidas? |
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¿Qué pensarán? |
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¿Cómo serán sus reacciones? |
¿Buscan ponerse cómodos para visitar estas páginas?
¿O lo hacen al paso, en cualquier momento libre?
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¿Dudan si comentar o no? |
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¿Entran a VH cuando están trabajando? |
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¿Pasan horas visitando los archivos? |
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¿Leen VH de pié? |
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¿O sentados? |
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¿Pensarán mucho lo que van a comentar? |
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¿O lo hacen espontáneamente según lo que les venga en ganas? |
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¿Si fijan hasta en el más mínimo detalle publicado? |
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¿O pasan rápidamente por el blog a vuelo de pájaro? |
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¿Tomarán distancia? |
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¿Se sentirán cercanos? |
¿Boca abajo?
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¿Boca arriba? |
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¿Cuán abiertos son? |
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¿Son tímidos? |
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¿Son seguros de sí mismos? |
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¿Con fortaleza para soportarlo todo? |
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¿Entran cuando están calientes? |
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¿O se irán calentando cuando entran? |
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¿Se conectarán ocultos tras las sombras? |
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¿Son desinhibidos y están preparados para lo que surja? |
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¿Tranquilos y sin dramas? |
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¿Problemáticos? |
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¿Son diestros? |
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¿Son zurdos?
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¿Saborearán mis Misceláneas? |
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¿Leerán mis relatos? |
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¿Estarán pendientes de cada aparición?
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¿Se dejarán penetrar por mis páginas?
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¿Estarán hartos de mí?
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¿Serán todos velludos? |
¿Tomarán café mientras escriben o leen comentarios?
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¿Esos que nunca lo hicieron, dejarán algún mensaje algún día? |
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¿Empezarán, como yo, el día con VH? |
Sí, yo me hago estas preguntas, y tantas más. No tengo las respuestas, cosa que no me preocupa mucho, porque eso me lleva a seguir imaginando a mis lectores en modo abstracto y con todas estas cualidades, condiciones y distintos intereses. Eso es algo que me gusta. Lo cierto es que vivo con ustedes una relación extraña e intangible. Es como un hilo invisible de conexión que me es grato y creativo. Y desde hace años también me pregunto el por qué de su existencia, y hasta cuando seguirá existiendo. Entonces el ejercicio de las preguntas sin respuestas es también un hábito que, lejos de incomodarme, alimenta todas mis fantasías (las luminosas y las oscuras) que se ponen en juego desde que subo la primera foto de cada post del día, y esto funciona como un motor misterioso que renueva mi constante motivación para hacer este blog. Armo el contenido y lo comparto, sin conocer el destinatario, y a la vez, con la mágica sensación de que lo conozco de toda la vida. Y la expectativa sigue estando ahí, incólume.
No pretendo aquí dar ninguna explicación de nada, pero sé que ustedes recibirán con agrado estos pensamientos en voz alta que me doy el lujo de compartir hoy.
¿Algún comentario? No es necesario que respondas ahora..., quién sabe, tal vez después nos veamos en el café...