Como si se tratara de parámetros que de tan opuestos pueden tocarse, el beso parece ser algo tan irresistible tanto cuando estás cerca de la persona amada, sí, cerca, muy cerca, a pocos centímetros de su boca; como cuanto más lejos estás de él, sí, lejos, muy lejos, a kilómetros de distancia.
Entonces, tanto en un caso como otro, el deseo de besar se hace una necesidad indisoluble.