La fotografía instantánea y sobre todo las llamadas "selfies" parecen haber copado el lugar de preferencia a la hora de mandar un mensaje. Antes que escribir acerca de cómo nos sentimos, de describir en qué lugar estamos, hablar de nuestro estado de ánimo, contar de lo que llevamos puesto (o no), y cientos de comunicados personales; elegimos la imagen, el autorretrato tomado en tiempo real que habla por sí mismo y nos ahorra la tarea cada vez más fastidiosa de tipear algunas frases o enviar un audio. No es para menos, a juzgar por esta galería, una foto puede decir más cosas que mil palabras. Sea. Sin embargo, hay algo de aquel encanto epistolar que me sigue faltando a veces. Porque al fin y al cabo, ninguna cámara por más fiel que sea podrá captar cómo somos o qué sucede en nuestro interior más profundo.
↧