Quedarse en casa y disfrutarlo no siempre es tan fácil. Pero cuando sucede y lo hacemos posible es un verdadero placer. Dejarse caer en el sillón favorito, cómodo, libre de ropas, leyendo un libro, viendo una película, escuchando nuestra música favorita (escucharla, no ponerla de fondo), incluso haciendo distintas tareas, cocinar, acomodar nuestras cosas, arreglar las plantas, o hacer limpieza, puede resultarnos placentero. Todo dentro de la tranquilidad de nuestro hogar dulce hogar.
¿Solos?, tal vez, si esto es lo que queremos, pero también aceptamos visitas ¿por qué no?. Pasá cuando quieras...