Vello hirsuto y espeso que desciende desde el bajo vientre para extenderse hacia ingles y comienzo de los muslos. El formidable pene, suculento y generoso, descansa sobre predecibles almohadas peludas. Una vena descarada sobresale en la mitad del recorrido y anuncia el palpitante latido antes de la erección portentosa.
Asombrados, sin decir palabra, somos testigos agradecidos de la íntima exposición compartida.