Vuelvo sobre esta foto, todo un clásico, que fue siempre una de mis preferidas
desde que empecé a mirar y bajar fotos de internet.
Y es que la escena me fascina por el morbo que produce.
Bruno, tal vez aún inseguro por el paso que aparentemente vendrá a continuación,
sostiene profundamente la mirada con su amigo,
quien posa el índice en su mentón,
con un aire de tener controlada la situación.
Uno puede imaginar lo que pasará.
El dedo recorriendo esa boca aún cerrada,
siguiendo por el negro bigote
y finalmente venciendo cualquier atisbo de resistencia.
Los hombres posan sus manos uno sobre el otro, por detrás,
con un gesto natural, como entre amigos o hermanos.
Pero en primer plano, las vergas semierectas,
no dejan duda alguna de lo que están sintiendo.
Seguramente esta foto ya se vio en este blog, pido disculpas por la repetición.
Pero es que no me canso de verla.