Lo más común del mundo en materia de hombres musculosos, es encontrar imágenes plagadas de tipos tan fortachones como rasurados, y lógicamente esto es para que los abultados atributos acumulados por el duro y constante ejercicio salgan a relucir totalmente realzados, con aceites y brillos incluídos.
Ay, ay, ay... ¿puede existir cosa más aburrida? ¡uf! y por cierto no hay nada menos cachondeante y asexuado que recorrer esas musculaturas espectaculares bajo pieles lisas y anodinas.
Pero la cosa cambia significativamente cuando sobre esas tensas y firmes definiciones anatómicas hallamos matorrales, selvas y bosques de vello bien requetecontramil viril. Eso..., ya es otro cantar.
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Fuertes y peludos
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