Es que desde sus orígenes más antiguos, los deportes y competencias siempre tuvieron una esencia masculina muy fuerte.
Así que no es casual que la mayoría de sus juegos sean con palos, bolas y pelotas, o que consistan en embocar argollas y conquistar agujeros. Interesante material el deportivo, y atractivo hasta la locura cuando sus cultores son individuos que rajan la tierra por ser terriblemente infartantes, y todavía más interesante cuando se tienen en cuenta ciertas connotaciones homosexuales de deportes como el fútbol, por ejemplo, consistente en penetrar la puerta del campo trasero del equipo oponente. Ah...!
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Deportes (bien) masculinos
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