Los dos temas de hoy han sido motivo de interminables polémicas de café: los hombres extremadamente velludos, y los que recortan parcial o totalmente lo que la naturaleza les regaló. Es verdad, hay que reconocer que tener el cuerpo lleno de pelos no es cosa que se pueda llevar fácilmente, pero, por otro lado, abusar de las maquinitas de afeitar puede causar verdaderas transformaciones no del todo gananciales. Las fotos hablan por sí mismas y el juego se trató de combinarlas caprichosamente. En apariencia, en algunos casos, las diferencias no son perceptibles a simple vista, en otros, bueno..., debo advertir que hay aquí imágenes que podrían afectar la sensibilidad de algunos (y me incluyo). Hombres peludísimos / hombres rasurados, esa es la cuestión.
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Temas superpuestos II
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